Energía del desamor
Uno necesita tiempo, recursos y energía para poder mantener una relación estable. La idea es que si esas cosas se dan naturalmente entonces se disfruta todo el proceso –en teoría, según dicen–. Aunque la estabilidad de una relación ya es suficiente motivo para sorprenderme, esto no es lo más extraordinario. Lo más extraño del ser humano es toda la energía utilizada en la no relación, o mejor dicho, el desamor. Esos restos que quedan de una relación que no funcionó –o que nunca fue–.
La cantidad de tiempo que uno piensa en lo que no fue es monumental. Cuando uno se embarca con una persona el viaje asegura un consumo de tiempo y energía –tanto en lo que dure la relación como a futuro–. Romper con alguien es como sacar vacaciones inversas: pasar tu tiempo libre en tu casa consumiendo energía en algo que no estás disfrutando.
Hay dos cosas que me resultan interesantes:
- La facilidad con la que podemos dejar entrar a alguien a nuestra vida, decirle “bienvenido a mi mundo”, “quiero que me acompañes”, etc.
- La facilidad con la que pueden echarte de ese mundo. Algo así como un firme fuck you antes de que te cierren la puerta en la cara.
Es esa energía que fluye en el universo la que más me sorprende. Esa posibilidad de abrir y cerrar puertas con facilidad por un lado, y con dificultad del otro.
Tal vez tenga que ver con la conservación de la energía: para que una pareja funcione tienen que existir los desamores de otros. O tal vez es un poco de energía oscura: El desamor es esa energía que ayuda a expandir el universo, principalmente el personal, el de los solteros.